Invitado por tercera vez consecutiva a la mayor fiesta del libro y la literatura del país, el proyecto sociocultural Sin Barreras deleitó durante tres jornadas a públicos de todas las edades en Santiago de Cuba, mostrando que no existen límites para aprender y amar el arte.
Integrado por 40 niños, adolescentes y jóvenes en situación de discapacidad física e intelectual, la agrupación se sumó a las actividades organizadas para amenizar espacios habituales como Tesoro de Papel con interpretaciones musicales, danzarias y juegos interactivos.
Junto a sus muchachos, Alenelis García, coordinadora y fundadora de esta gran familia, asegura el orgullo de formar parte de la Feria del Libro, considerada por el grupo uno de los escenarios más importantes, debido a la oportunidad de sentirse incluidos en el accionar sociocultural de la ciudad.
Significó la desbordante emoción de los niños al coincidir en los espectáculos con diferentes proyectos infantiles, disfrutar de magos y payasos e intercambiar con otros pioneros, alegría que contagia a todos los miembros del grupo y transmiten a los espectadores sin importar las edades.
De acuerdo con la coordinadora, la gran fiesta del saber deviene, más allá de una cita para la lectura, evento enaltecedor del arte en todas sus manifestaciones, de ahí el honor de brindar, desde la Biblioteca Elvira Cape, coloridas pinceladas de música, danza y declamación poética.
«Las familias tienen un papel fundamental en el exitoso desarrollo de este sueño que casi arriba a su décimo segundo aniversario, explicó García, pues mantenerlas vinculadas al quehacer artístico de sus pequeños les permite atestiguar su superación y, a su vez, erradicar las barreras mentales».
Al abrir las puertas a iniciativas comunitarias y educacionales de diferente índole, la trigésimo tercera cita de la Feria del Libro en Santiago de Cuba abraza también la diversidad, y se ratifica como un espacio de crecimiento intelectual, artístico y personal.