Quién nos puede asegurar que el amor ha sido el móvil de muchos escritores a través de la historia, o quién nos puede decir lo contrario. Nunca lo sabremos. Seremos auténticos dueños de la incertidumbre. Eso sí, algo está muy claro, alguna vez escribimos, alguna vez amamos, o alguna vez escribimos por amor. Francisco López Sacha nos da fe de ello, según su propia voz, él necesitaba matar ese sentimiento devenido de un divorcio anterior, y lo hizo escribiendo una novela.
El más suave de todos los veranos es una historia que el narrador y profesor de arte cubano comenzó a escribir sin prever cuál sería su final. La trama tiene como protagonistas a un editor de 45 años y una enfermera cercana a las tres décadas. And when the groove is dead and gone (yeah)/ You know that love survives/ So we can rock forever fueron algunos de los versos, de la pieza musical Rock to you de Michael Jackson, que el autor escuchó cuando escribía la cuartilla 54. Entonces supo cuál sería el desenlace de su novela.
Un erotismo subido de tono con el período especial agonizando, dice Sacha refiriéndose a su obra, quien además comentó acerca de capítulos y momentos propios de la novela, que nos permiten pasar de la capa del amor para adentrarnos en la sociedad habanera y cubana de finales de los años 90.
La 32 edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana homenajeó la vida y obra del escritor cubano Francisco López Sacha, quien se deslizó por el programa de actividades del evento y fue partícipe de presentaciones de libros, conversatorios y otros momentos de interés. Por ejemplo, la entrega al público esta ficción romántica de Ediciones Cubanas de Artex, que robó el título a una consigna de la UJC del año 93-94, la cual repetía «el verano más suave, el verano más suave».
Para Sacha, la feria del libro es el espectáculo público más importante de la cultura cubana, en consecuencia, es un honor ser uno de los escritores homenajeados. Considera la lectura como la fuente de conocimientos más importante del ser humano. En ese sentido, el intelectual cubano comentó acerca de su gratitud con todos los implicados en la realización de la cita que convoca el Instituto Cubano del Libro desde el año 2000. «Todo esto es posible gracias al trabajo consciente de los editores, escritores, y demás personas involucradas, y ello da al traste con el espacio propio y determinante de la feria, el cual será mayor en el futuro».
Ediciones Orto fue la encargada de la reedición de otro de los textos presentados por el narrador granmense entre el 15 y el 25 de febrero pasados. «El cumpleaños del fuego es un libro, no solo manzanillero, sino también de la Sierra Maestra, del mundo agrario relacionado con la región. Al mismo tiempo, cuenta la vida de una pareja de campesinos durante unos 25 años, desde 1940 hasta finales de 1960, aproximadamente», explicó López Sacha. La historia está hilvanada por una casa, que es la protagonista. Al ser cuestionado acerca de este recurso y por si considera que escribió realismo mágico en estas líneas, responde: «No, se trata de realismo insólito, y fue la vía para contar la lucha revolucionaria en la Sierra Maestra de forma indirecta, sin hacer uso de personas o testigos».
Tan lúcidas como esperadas fueron el resto de intervenciones de Sacha en el programa de la FILH. Vale destacar sus análisis en el marco del coloquio por el 120 aniversario del nacimiento de Alejo Carpentier. «Fue un escritor excepcional. En primer término, cambió la noción de la novela en el idioma. El idioma español no había tenido, hasta ese momento, un novelista tan grande como Carpentier», expuso el literato con la sutileza característica de su oralidad.
Quizás visitar el universo literario de Sacha, no responda nuestras dudas acerca de la presencia de ese sentimiento único e imparable en las grandes obras de la literatura universal: el amor. Mientas tanto, tendremos la seguridad de que existe un escritor cubano necesitado de banda sonora para imaginar el final de una novela, que escribió por amor, se desgarró por ello, y sin dudarlo, lo volvería a hacer.