Miguel de Carrión: sus honradas y sus impuras

Las honradas (1917) y Las impuras (1919), dos novelas excepcionales que aún se leen con placer después de más de un siglo de haber sido publicadas por vez primera, hoy vuelven a ver la luz bajo el sello de la Editorial Letras Cubanas.

Con esa pluma brillante, ágil, conocedora total de la sicología femenina, Miguel de Carrión nos muestra, como ningún otro autor cubano del siglo pasado, los secretos, la sexualidad, la imagen de la mujer, venida a menos en una sociedad gobernada y regida por los hombres.

En su interés por reflejar la realidad política y social de Cuba y de su tiempo, el médico de profesión hurga en todo este entorno, con lujo de detalles, tomando como personajes protagónicos a dos mujeres: Victoria (Las honradas), Teresa (Las impuras), y entrega ambas novelas de corte naturalista, representativas de toda esa época republicana, también de grandes frustraciones intelectuales. A partir de la vida de ellas repasa todo un universo de impudicias, como la prostitución, las violaciones admitidas, la explotación sexual de las féminas, la supremacía de los hombres sobre las mujeres, a las que solo quedaba obedecer a los esposos «elegidos» y dedicarse a sus labores domésticas, el contagio de enfermedades venéreas y las secuelas fatales en el cuerpo femenino, la aceptación de las celestinas por integrantes masculinos de la sociedad de bien para que les sirviesen en indecorosos manejos… y mucho más.

Por las páginas de Las honradas transita esa mujer dócil, sumisa, obediente, cuya única función es el matrimonio, los hijos y una férrea preparación para estos fines. Aunque, en cierta etapa de la narración, el personaje busque su máxima realización como mujer en una relación extramatrimonial, algo que era considerado un pecado flagrante, con consecuencias desastrosas para las señoras que se atreviesen, como lo hizo Victoria, una honrada y digna representante de la pequeña burguesía. ¿Se arrepentiría? ¿Podría dirimir a tiempo su adulterio? ¿Final feliz o adverso?

Con Las impuras Carrión se regodea en la vida de Teresa, una joven mujer desterrada de su familia por el hecho de quebrantar todo aquello que su sociedad considera moralmente correcto. De temperamento fuerte, es capaz de imponerse en pos de su amor, y por esa razón no habrá manera posible de que sea perdonada y mucho menos absuelta, pues ha cometido un desliz que la acompañará para siempre. Sin embargo, a pesar de esa fortaleza que la caracteriza, no es capaz de ser una mujer completamente independiente, pues siempre quedará un cordón invisible, una subordinación de ella hacia el hombre comprometido que nunca la valoró, y que culmina de la peor manera.

Honradas e impuras, dos argumentos agudos, dos novelas irremplazables que se interrelacionan entre sí de modo magistral, y siempre deberían estar en todos los estantes de nuestras librerías y en todas las bibliotecas de nuestras escuelas y universidades.

La Editorial Letras Cubanas las recomienda para que sean releídas por quienes ya las conocen y develadas por los más jóvenes lectores.

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