Más que un espacio literario fue un encuentro para honrar la cultura y las tradiciones, el que se vivió en la sala dedicada a Sudáfrica, país Invitado de Honor de la 33 edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
El lenguaje como identidad de los pueblos fue el punto de convergencia en el conversatorio efectuado por los escritores sudafricanos para rescatar los idiomas nativos.
Defender lo originario dentro de lo cotidiano, es el objetivo trazado por el escritor Eugene Damons, al desarrollar sus actividades en la lengua africans, que se caracteriza por su riqueza de palabras.
Poseedoras de una historia llena de secretos, como destaca la autora Nombeko Nontshokweni, las formas de comunicación antiguas son reflejo de la formación de los pueblos africanos.
“Nada como saber de dónde venimos y hacia dónde vamos, para hallarnos en el mundo”, manifestó Nakubongwua Lukhele, a tiempo que resaltó la importancia de transmitir el conocimiento de los idiomas ancestrales a las nuevas generaciones.
“Hacer es la mejor manera de decir”, así lo reconoció Lungi Metetwa con la exhortación a producir libros que fomenten los dialectos primitivos.
Es Sudáfrica la máxima expresión de cómo se convierte la literatura en un camino que lleva al ser humano a encontrarse con su esencia y espíritu.