Honrar a Luis Álvarez Álvarez, honra

Como «un panel muy completo, porque Luis Álvarez es una persona enciclopédica» –al decir de la escritora Aida Bahr–, se puede definir el coloquio dedicado a recorrer, a modo de homenaje, la obra del Premio Nacional de Literatura 2017.

Durante el encuentro, realizado en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, intervinieron seis panelistas a fin de visibilizar, desde diferentes perspectivas y temáticas, el quehacer no solo del literato (poeta, crítico, ensayista y crítico de cine), sino del académico. Marlene Vázquez, Caridad Atencio, Rito Ramón Aroche, Mildred de la Torre, Astrid Santana y Cira Romero conversaron sobre Luis Álvarez.

Y lo hicieron de una manera muy organizada, pues el reconocido intelectual seleccionó los textos que debía abordar cada invitado. De ese modo, logró que el diálogo fuera lo más diverso y abarcador posible, aunque no pudo asistir de manera presencial por cuestiones de salud.

La ensayista e investigadora Cira Romero aprovechó la ocasión para destacar cómo el autor explora ciencia y creación con El arte de investigar el arte. Reflexionó, ante todo, sobre un concepto de cultura provisto de diferentes coordenadas, entendido como ese «perfeccionamiento espiritual de un pueblo que aspiraba a su libertad», de acuerdo con el libro El pensamiento cultural del siglo XIX cubano.

«Las obras de Luis Álvarez (incluidas las que ha concebido con su compañera de vida Olga García) trascienden la categoría de lo útil para llegar a lo necesario», expresó Cira. Para ella, el también miembro de la Academia Cubana de la Lengua, constituye uno de los intelectuales más sólidos de nuestro país.

Por su parte, Marlene Vázquez, directora del Centro de Estudios Martianos (CEM), aclaró que es imposible abordar los estudios martianos en las últimas décadas sin concederle un lugar privilegiado a este discípulo del Maestro. «Luis es de las personas que tienen la debilidad de la omnisciencia (quiere saber de todo) y, de hecho, lo consigue», añadió.

Durante su intervención, la investigadora recomendó algunos títulos que revelan el estrecho vínculo de uno de los colaboradores del CEM con la obra del más universal de los cubanos. Estrofa, imagen, fundación: la oratoria de José Martí –Premio Casa de las Américas 1995–; Visión martiana de la cultura (en colaboración con su esposa), que se publicará de manera digital como El pensamiento cultural de José Martí; El Camagüey en Martí y Martí biógrafo, demuestran la hondura, la sensibilidad y el enfoque interdisciplinario de Álvarez Álvarez para hurgar en la esencia del Héroe Nacional y cultivar, al unísono, un estilo literario propio.

Caridad Atencio tuvo la responsabilidad de compartir sus experiencias como estudiante de un «profesor culto y agudo», el mismo que logró enamorarla del Latín. Incluso, fue él una de las personas que la motivó a escribir.

Desde la perspectiva de la historiadora Mildred de la Torre, hay tres elementos que caracterizan la mayoría de los textos del también miembro de la Unión de Historiadores de Cuba: la historia nacional decimonónica, la historia cultural y el género biográfico. Ella destacó, asimismo, «su dominio de las ciencias sociales en su conjunto, algo infrecuente en nuestros medios». Ese conocimiento le ha permitido desarrollar una visión íntegra de la realidad.

En palabras de la doctora, la obra de Luis da lecciones sobre cómo integrar los saberes, la importancia de la contextualización desde una concepción martiana y marxista de la historia. Y subrayó la relevancia que adquiere su ejercicio de la crítica a la hora de ratificar, en el volumen La Avellaneda, novela histórica y contextualización, la cubanía de los textos de Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Pero el creador camagüeyano no se limita al pasado, también proyecta una película futurista, porque también se apasiona por el séptimo arte. Al respecto, la doctora Astrid Santana señaló un rasgo identificativo en sus apuntes cinematográficos, pues integra, como pocos analistas, la dimensión técnica y los estudios tematológicos. Por tanto, lo considera como un «ensayista cocreador de sentidos», un autor «que ilustra sin querer enseñar».

Si bien los panelistas lograron presentar un cuadro bastante amplio de la obra de Luis Álvarez Álvarez, porque el poeta Rito Ramón Aroche exploró su quehacer como sujeto lírico, no se abarcó todo lo realizado por tan distinguida figura de nuestra cultura. Curiosamente, también tiene entre sus publicaciones un libro de cocina.

En fin, «en esta Feria se rinde homenaje a un gran intelectual, a una persona que, además, ha empleado su obra en servicio del conocimiento de las demás. “Honrar honra” y Luis Álvarez lo merece», concluyó Aida Bahr.

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