Guillén, entre Cuba y México

El panel «Rosa, tú, melancólica», impartido en la mañana de este 21 de abril en el Palacio del Segundo Cabo, sirvió de excusa para hablar del devenir conjunto de dos países bañados por las aguas del Golfo, México y Cuba, mediante las travesías de Nicolás Guillén, el poeta nacional.

No pocas razones unieron a Guillén a la tierra azteca. El primer viaje fuera de territorio cubano del multipremiado escritor fue en 1937 al vecino país, del cual escribió con fascinación en varias ocasiones, y a donde regresó en posteriores visitas.

Sin embargo, las alianzas con México no quedaron afianzadas hasta su unión conyugal con Rosa Portillo, su compañera de vida y la razón para nombrar el encuentro «Rosa, tú, melancólica».

En presencia de estudiosos de la obra de Guillén de la talla de Félix Julio Alfonso, Waldo Leyva, Norberto Codina y Leonardo Sarría, se ahondó en la presencia mexicana en Cuba y viceversa, desde los tiempos del adolescente y aún no consolidado como poeta José María Heredía, quien visitara dichas tierras, hasta la fidelidad mostrada por el país centroamericano al no romper relaciones diplomáticas con la Mayor de las Antillas en 1959. 

Nombres como José Francisco Lemus, Rafael y Manuel de Quesada fueron citados este jueves para desempolvar los vínculos entre ambos países en el período de dominio de España; sin olvidar a José Martí. El Apóstol cubano dijo en alguna ocasión que, de no ser cubano, le hubiera gustado ser mexicano pues allí vivió, se casó, hizo vida periodística y activismo político.

En épocas más recientes podemos mencionar a México, ya no como el asilo seguro para cubanos acechados por la metrópoli europea sino como lugar de refugio y preparación para luchadores cubanos contra las dictaduras republicanas como Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras o Raúl Roa.

Más allá de la política, son innegables las ligaduras culturales vistas a través de la música —el bolero y el danzón como los géneros más destacados— y el cine que han marcado el compás en la historia de esta amistad.

Para concluir la cita y volver a Guillén, condecorado con el Orden del Águila Azteca el 14 de septiembre de 1982, Leonardo Sarría rememoró una emblemática frase del poeta: «México es, sin dudas, el pueblo del futuro latinoamericano».

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