El concurso, que apuesta por la brevedad, surge a partir de un homenaje al cuento del escritor Augusto Monterroso. El relato breve como género se cultiva mucho por los escritores, aunque es un ejercicio difícil, de contención, explicó la escritora Dazra Novak.
De entre las 67 obras que se presentaron al concurso, el jurado deliberó otorgar cuatro menciones y un premio. En el acta, leída por el escritor Erick Mota, se enumeraron las menciones: «Vibrato» de Karla Flores; «El pequeño Hans», de Ana Dalia Junco Ronquillo; «Si no te viene nadie a despedir», de Noel Pérez Garcia e «Insomnios 4 a.m.» de Luis Pérez de Castro.
El galardón se concedió al minicuento «Perfeccionista» de Israel Domínguez Pérez «por su grado de concisión y connotación, logrado dentro de una extrema economía de lenguaje, apoyándose en la ironía».
El ganador expresó: «gracias al jurado por confiar en mi texto. En
1997 conocí a Monterroso en Matanzas y encontré a un escritor
deslumbrado con el sello editorial de Ediciones Vigía. Cuando le
hicieron el homenaje en Matanzas no pudo decir palabra, se echó a
llorar». Karla Flores y Luis Pérez de Castro también leyeron ante el
auditorio sus obras.
Dazra Novak concluyó con una invitación a continuar apostando por
esos: « textos tan breves que lo pueden tomar por asalto a usted en
cualquier momento».
«Cada edición del premio es una experiencia diferente, son autores
distintos. Es también curioso como escritores de renombre continúan
apostando por el concurso. En esta edición ganó un poeta reconocido, el
cual se confiesa sorprendido porque la narrativa no es lo fundamental de
su trabajo. La idea es que este galardón no es solo un premio para
principiantes o aspirantes a escribir», agregó.
Israel Domínguez confesó: «En realidad ese minicuento salió de
momento, sin pensarlo mucho. Tiene un punto de contacto en mis propias
vivencias. Un cuento es una experiencia antes de ser contado. Por mucho
tiempo estuve acechado por el perfeccionismo. Obsesionarse con la
perfección no ayuda a la evolución espiritual y puede destruir la
creación».
Karla Flores explicó que «Vibrato» es la demostración de que en el
arte y para la creación artística todo lo que le acontezca al autor, las
experiencias vividas, sean de sufrimiento, dolor o miedo pueden ser
canalizadas y transformadas en una prosa que comunique y ayude a otras
personas.