Desde la historia, mirar el pasado para reconectar con el futuro

¿Qué historia estamos contando? ¿Cómo deberíamos contarla?, interrogantes que sirvieron de pie forzado al encuentro desarrollado esta tarde en la Casa Benito Juárez del Centro Histórico capitalino, como parte de las actividades de la delegación de México, país invitado de honor a la 30 Feria Internacional del Libro de La Habana.

A modo de dos rounds en los que se entremezclaron varios puntos de vista, los investigadores y escritores mexicanos Paco Ignacio Taibo II, Fabrizio Mejía, Pedro Salmerón y Felipe Ávila ofrecieron sus consideraciones en torno al tema.

Para Taibo II, nuevas maneras de contar el devenir histórico de las sociedades ocupan las más acaloradas discusiones de la realidad de los lectores. Ello, resultante de un proceso de mirar el pasado que pondera una visión «hagiográfica» y reiterativa de personajes y hechos.

Fabrizio Mejía, cronista de las últimas décadas mexicanas (investigador de los sucesos del movimiento estudiantil de 1968 y de sus consecuencias), señaló que escribir de temas históricos no consiste en una narrativa del tiempo, sino en un acto de justicia para con los sectores sociales acallados por el poder. «Escribir sobre la historia es, en el fondo, un asunto político», resaltó.

En tanto, su colega Felipe Ávila apuntó que los pueblos latinoamericanos deben leer y reflexionar acerca de la construcción de una nueva historia, pues la suya ha sido edificada desde los sesgos de las élites gobernantes. En el caso particular del país azteca, refirió que ha sido una historia erigida desde el poder del hombre blanco, donde las masas populares no aparecen.

Asimismo, los panelistas concordaron en que urgen nuevas maneras de contar. «Prevalece en los libros una historia soporífera, que a la tercera página no la aguanta ni el insomnio más crónico», refirió Felipe Ávila, y subrayó la necesidad de narrar desde las emociones para, no solo los académicos, sino las personas comunes, entiendan y sientan su historia Patria.

Haciendo hincapié en la realidad de su país, Fabrizio Mejía resaltó que en el caso mexicano, a partir de la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, se impone una nueva narración desde la pluralidad.

El investigador dijo que hay historias individuales que se van enfocando hacia un momento de afirmación colectiva, donde la mayor parte de la población, hasta ese momento ninguneada, cambia el peso de la balanza y toma el poder de la narrativa.

En tanto, Pedro Salmerón revisitó el aforismo popular que signa: «la historia la escriben los vencedores». Para el escritor, los perdedores también dejan sus vivencias, solo que el poder se encarga de enseñarle a las nuevas generaciones la visión de quienes resultaron victoriosos. Una narrativa que se acentúa en favor de la dominación cuando los vencidos no dejan huellas de sus historias.

¿Urgencias profesionales sobre el tema? Muchas.

Para Felipe Ávila, que la historia sea también literatura bien contada donde se describan contextos y emociones; que se meta en la piel, en la cabeza, en las faldas y pantalones de sus personajes, que los haga hablar.

En ese sentido, Fabrizio Mejía consideró que se debe buscar la afirmación colectiva que no está en los libros de texto; y Pedro Salmerón apuntó que contar la historia debería ser una herramienta de liberación contra la ideología de los opresores.

Mientras, Paco Ignacio Taibo II señaló que contar no la historia, sino historias, resultaría un ejercicio identitario para mirar pasado y reconectar con el futuro.

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