Como buena creadora, sus grandes ojos parece que siempre lo captan y procesan todo. Los oleajes vitales, además de su propia obra, la llevaron ahora a crear nuevas cuartillas, a moldear sobre la arcilla viva de posibles escritores. Sucede que Dazra Novak, además de estupenda escritora, es la actual directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Hasta allí vamos, en aires de Feria, a indagar sobre lo humano, y lo mucho divino, que siempre ronda detrás del acto maravilloso de enseñar.
La Feria del Libro es una fiesta donde el Centro tiene siempre gran participación. Háblame de frutos logrados, de lo por hacer, y hasta de lo que sueñan
El Centro Onelio ha hecho en estos últimos años un trabajo de comunicación muy fuerte en Internet. Se ha buscado, ante todo, divulgar la labor de estos más de veinte años y ofrecer el justo reconocimiento por ello. Por otro lado, se ha trabajo para lograr la «reconexión» con el Centro de los egresados que ya hoy tienen una carrera literaria y que este se convierta en una suerte de agente para ellos. Un agente con el que puedan contar tanto para nuevas opciones de publicación y promoción, apoyo y consejos en cuestiones legales, superación, asesorías, y un largo etcétera.
Desde 2020, entre los primeros pasos en este sentido, estuvo la primera convocatoria al encuentro de egresados «Los Onelianos cuentan», que ya en esta Feria de 2023 tendrá su tercera edición, aunque si contáramos el encuentro virtual sostenido en septiembre de 2021, vendría siendo la cuarta. En cada encuentro pretendemos abordar tanto las obras de estos autores, como problemáticas relativas a la escritura, promoción a autores, entre otros temas: ¿De dónde salen las historias?, Si volvieras a nacer escritor y pudieras elegir: ¿como quién escribirías? En esta ocasión abordaremos temas como las generaciones literarias y el condicionamiento de la escritura y la ciencia ficción entre el escape de la realidad y la predicción del futuro.
Estos encuentros han tenido mucha aceptación. Han ido creciendo y, lo mejor, han permitido que muchos egresados, al ser de distintas graduaciones, conecten entre ellos. Hay otro trabajo que hemos venido realizando sostenidamente y se sale del marco de la feria, y es la presentación en clase de estos autores, experiencia que ha sido sumamente enriquecedora para ambas partes (alumnos y egresados), y también el trabajo en programa de clases con los libros de egresados que tenemos en nuestra Biblioteca Salvador Redonet. Todo este accionar ha tenido notables resultados. Se puede reconocer en la disposición de muchos egresados para colaborarnos, en la respuesta que dan cuando son convocados.
El convertir nuestra biblioteca en repositorio de libros de egresados, y divulgar constantemente el trabajo que se está haciendo con estas obras, ha provocado que ellos se acerquen voluntariamente a entregar ejemplares. Con esto seguimos insistiendo, porque lo que trataremos de impulsar son los estudios Críticos, y lo pongo así, con mayúscula, porque hablamos de estudios serios más allá de las reseñas.
Todavía
falta mucho por hacer. Uno de nuestros sueños pendientes es echar a
andar nuestra impresora Riso, y así imprimir libros de escritores
egresados en nuestro Taller El Aleph. Eso nos permitiría tener mayor
presencia en Feria del Libro, socializar esa literatura, vincular más a
nuestros autores con autores de otras latitudes, abrirles puertas con
nuestras editoriales nacionales y con las extranjeras. ¿Tú te imaginas
qué bonito sería que pudiéramos ofrecer ejemplares de los autores que
participan en los Encuentros de Onelianos?
A propósito, hay una relación fructífera y sólida entre el
Centro y sus graduados. ¿Qué aportes a la literatura cubana, y a la
carrera de muchos escritores (tanto jóvenes como ya con plurales
publicaciones) percibes de esta relación? ¿Qué le aporta al propio
Centro ese intercambio?
El Centro Onelio tiene una relación hermosa con la mayoría de sus egresados. Muchos de ellos guardan recuerdos indelebles de su paso por estas aulas. Creo que esa es la primera ganancia para ambos. Casi todos dicen: si es para el Centro Onelio, cuenten conmigo. Y eso da la medida de cuánto se ganó el corazón de esos otrora estudiantes, porque estamos hablando de gente que se graduó hace más de quince, veinte años, y siguen pensando así. Siguen siendo incondicionales. Para el equipo del Centro, por su parte, es gratificante escuchar este tipo de cosas y, además, cuando trabajamos con las bases de datos y los currículums, advertir la cantidad de autores que hoy son reconocidos en el país y representan la literatura cubana. El trabajo con esas obras nos permite reconocer la diversidad de estilos, temáticas que les preocupan, las maneras en que han incorporado las técnicas narrativas. Los nuevos estudiantes analizan esas obras, las desmontan, aprenden de ellas. La obra de los egresados es la manera de tomar la temperatura del programa de clases, qué falta por incorporar, mejorar, en fin. La escritura sigue siendo un gran misterio, no hay reglas estrictas, por eso la retroalimentación y el análisis crítico es tan importante.
Hay otras líneas de trabajo que quisiera me comentaras.
Entre ellas, la recuperación de la Revista El Cuentero, la Editorial
Cajachina, la Biblioteca con obras de los graduados y cualquier otro
proyecto que se me escapa y quieras resaltar. ¿Qué me puedes decir al
respecto?
Hay muchísimos proyectos entre manos y que se planifican en función de lo que realmente tenemos a nuestra disposición. En ese sentido, mientras no se resuelva el problema del papel, Cajachina se estará moviendo hacia el libro digital, haciendo un rescate de obras que consideramos importantes, que se llamará «Vuelta y vuelta». Tenemos varias antologías ya, como la de los ganadores del Premio César Galeano en estos 24 años, la de los ganadores del Concurso de minicuentos El Dinosaurio y la de los Ejercicios de apropiación, antología que incluye originales y versiones, escritas por estudiantes actuales, de cuentos de egresados trabajados en clase. También la revista El Cuentero presenta en esta feria su primera entrega digital: «El Cuentero post». La biblioteca, como te comentaba antes, también ha crecido muchísimo. Ya hemos procesado todo lo existente y las nuevas entradas y se han implementado estos ejercicios en clase utilizando ese material. También se les da promoción en nuestras redes y se busca un trabajo más serio con la crítica especializada.
Por otro lado, están los cursos. Ya hemos ido modificando el nuevo programa con la inclusión de ejercicios con obras de egresados. Pero también hemos dado la primera clase sobre el proceso creativo, que dará pie a encuentros de escritura creativa que ya vienen dentro del programa del nuevo curso que comienza en marzo. A la par, estaremos ofreciendo un Curso de Poesía, un Taller de Narración Oral, un Curso básico de escritura de ficción en modalidad virtual que lanzaremos en breve. También este año tenemos programado un Curso de Ciencia Ficción en verano, un Taller de Universo Editorial para ayudar a los escritores en su diálogo con las editoriales. Otra propuesta que estamos todavía armando es un Taller para adolescentes y un Taller de Crónica. Ahí nos falta más, porque hemos explorado las necesidades de nuestros egresados y hay mucho interés en talleres de novela, escritura para niños, literatura negra, entre otros. Esto poco a poco lo iremos programando.
El claustro del Centro, sobre los pilares de los maestros
Sergio Cevedo y Raúl Aguiar, también ha recibido ya relevos. Me gustaría
un comentario tuyo sobre quienes han tomado esa responsabilidad, tanto
desde las conferencias como en las clases habituales
En efecto, Sergio y Raúl siguen siendo la columna vertebral del curso. A los que se ha sumado Yamila Peñalver, coordinadora actual, que se ha estado preparando en estos años para asumir más clases. Nuestro subdirector, Erick Mota, que ya ha dado una conferencia muy útil a mi entender, porque despierta en nuestros estudiantes el interés por lo autóctono, la cultura del Caribe y Latinoamérica en general. Él también se está preparando para asumir nuevos temas. Yo comenzaré a encargarme este año de la escritura creativa y me estaré preparando para clases dentro del excelente programa que nos legó el profesor Eduardo Heras, clases que hoy han asumido Raúl y Sergio. Por supuesto, mantenemos profesores que siempre han sido invitados, como Maggie Mateo (poética de Cortázar), Ernesto Pérez Castillo (poética de Aristóteles), Enrique Pérez Díaz (sobre Literatura infantil). Volvimos a convocar a Francisco López Sacha (conferencia sobre el cuento y un maravilloso desmontaje del cuento de Carpentier «Viaje a la semilla», desde la música); a Senel Paz (traducción del texto narrativo al lenguaje audiovisual). Teresa de Jesús Fernández nos aporta mucho con una clase sobre crítica literaria y está convocado Daniel Díaz Mantilla para abordar lo poético dentro de la narrativa. Como ves el programa se está moviendo constantemente, y en el futuro tendremos más invitados.
Para terminar, déjame un recuerdo, literario, humano, sea
propio o ajeno o colectivo, sobre el maestro Eduardo Heras León y que
pudiera firmar esa cofradía que somos todos los graduados del Centro
Onelio
Sería esa primera conferencia que él siempre daba: «La evolución de la literatura a través de la evolución de la técnica». He trabajado mucho ese video, que por suerte hemos rescatado y pondremos a disposición de los alumnos. Ver su pasión, su manera de contar, su magia personal, es uno de mis más bellos recuerdos. Yo creo que por eso estoy hoy aquí, luchando contra viento y marea.