“Si Cervantes hubiera tenido una computadora delante, el Quijote hubiera sido escrito en cinco tomos”, aseguró el Maestro de Juventudes, académico, poeta, ensayista y crítico Virgilio López Lemus, en la presentación de dos de sus textos, por Ediciones Aldabón y Ediciones Matanzas en la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana.
El transcurrir de las épocas literarias, el progreso tecnológico, las aparentes rupturas entre cada generación de escritores fue el tema central del discurso del erudito, en el conversatorio moderado por Alfredo Zaldívar, subdirector de Ediciones Matanzas.
“Hoy presentamos Las aguas y el espejo, un libro que ha circulado ya, donde estudio cuestiones propias de poética, teorías de la poesía, poetas y locaciones, ciudades que tienen que ver con ellos. Con una parte final dedicada a elogios que son realmente voces de la escritura en prosa. Con este libro quise unir dos pasiones profundas: el trabajo del poeta y el del ensayista, una prosa ensayística que podría tener cercanía a la imaginación poética”, expresó López Lemus.
“Cuadriga contiene cuatro poetas que marcaron, de una manera u otra, mi propia vida como lector. Disfruté mucho la lectura de Rimbaud, de Pessoa, de Luis Cernuda y de Octavio Paz. Ellos han influido poderosamente sobre la literatura y particularmente la poesía cubana. Desde principios del siglo XX Rimbaud ya había cambiado las fronteras de la poesía con su revolución artística. Uno diría que existe un antes y un después de Rimbaud, quien con solo dos libros se convirtió en un poeta de los más grandes que ha dado la especie humana. Su presencia en la poesía cubana es constante, desde Regino Boti, el grupo Orígenes, el propio Cintio Vitier que lo tradujo y en la actualidad, donde aún se percibe una aceptación extraordinaria de su obra”, anotó.
“El otro gran poeta comentado en el libro es Pessoa —prosiguió— que ha marcado generaciones, al punto de que algunos lo consideran el canon de la poesía del siglo XX, por su importancia capital. Un poeta que abrazó ideas esotéricas y del ocultismo. El tercer poeta que incluí es Luis Cernuda. En la lengua española hay dos grandes poetas centrales del siglo XX, a mi humilde juicio, Antonio machado y Luis. A Luis siempre lo escogería. Un poeta del corazón que hizo trascender el neorromanticismo hasta convertirlo en poesía del intelecto. Luego está el genio de la poesía hispanoamericana, el premio Nobel Octavio Paz, con su voz propia, personal e indistinta, que dejó tras de sí tres etapas de su poesía, una primera con un Octavio Paz nerudiano, cercano al fervor lírico de Neruda, con una dosis neorromántica; en los cuarenta luego evoluciona grandemente hacia lo intelectivo y finalmente hacia el vanguardismo, con una poesía elevadamente intelectiva".
Él y Cernuda tributarán a la poesía de Pessoa y luego los tres a Rimbaud. Siento que habría que reconocer que existe una hermandad poética entre ellos. Antes de reconocer generaciones poéticas hay que creer en familiaridad lírica, autores que se acercan por la sensibilidad y la creación. Quise construir una suerte de poética colectiva entre poetas disímiles que se alimentan unos de otros”, añadió el escritor.
“Miren que curioso, Rimbaud, luego de los 22 años nunca escribió más poemas, Pessoa murió casi al doble de esa edad, con 50 años, pero dejó un baúl cargado de papeles, mucha obra aún inédita, según dicen. La poesía completa de Cernuda fue publicada y compilada por Lezama en Cuba, en su primera edición. Este libro no sólo refleja mi preferencia, la de Virgilio López Lemus, sino que descubrimos a cuatro poetas totalmente interrelacionados”, confesó.