A sus casi 35 años de creada, la Editorial Sanlope de Las Tunas no cesa en su empeño de poner lo mejor de la literatura del balcón del Oriente cubano en manos de todos.
Como una paleta de colores, este sello despliega en la edición 33 de la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH 2025) todo su catálogo que va desde la poesía, pasa por el ensayo de temática cultural y desemboca en la narrativa para público infantil, juvenil y para adultos.
Para Acirys Espinosa Martínez, directora de Sanlope, estar en la FILH 2025 es una fiesta, de la cual la casa editora tunera forma parte indispensable desde la creación a inicios de este siglo del Sistema de Ediciones Territoriales.
Revisitar algunos de sus títulos y autores fue la idea para inundar la capital con la creación de la oriental provincia, no en vano llegaron obras poéticas como Juego de palabras, de Mirtha Beatón Borges y Operetas de orfeo, de Aleido Rodríguez.
Disponibles en formato físico y digital (a través de Ruth Tienda) estas piezas literarias, dedicadas fundamentalmente a los niños, jóvenes y adolescentes, abordan desde lo lírico temas como las discapacidades intelectuales, la violencia de género y los comportamientos en esas etapas de la vida.
Por esa misma línea transita la narrativa en El mundo de Pablo, obra ganadora del Premio Principito 2019, de Saimy K. Torres, que en palabras de su autora no es un libro sobre el dolor de convivir con un niño autista, sino sobre la magia que estos pequeños con condiciones especiales pueden aportar al mundo.
Se le suman los cuentos de Travesía de los sueños, de Yunisleidys Castillo, y la noveleta Monela y el color de la felicidad, con la que Alejandro Rama utiliza la imaginación como escudo para enfrentar un triste dilema adolescente.
Gran acogida ha tenido entre los lectores ¡A la mierda la bicicleta!, de Gonzalo Moure, catalogada como una novela necesaria en el siglo XXI, donde urge que el hombre retorne a sus orígenes naturales y espirituales.
A las presentaciones de Sanlope las respaldan premios como el Portus Patris obtenido por volúmenes como Todas las bestias de la tierra, de la periodista, narradora y poeta Yeilén Delgado Calvo, y el poemario Figuras en cruz, de Raúl Leyva.
Sobre Todas las bestias…, otro autor tunero, Carlos Esquivel, apuntó que la madurez de su escritora crea una atmósfera seductora e hiriente, en algunos casos, desde la ficción con naturalidad.
Espinosa Martínez reconoce que para Sanlope, aunque ya tenía cierta madurez porque nació antes que el SET, estar dentro de este conglomerado editorial es una oportunidad de diversificar las temáticas de sus libros y de otorgarle mayor calidad en los diseños y en el acabado de estos productos que son un tesoro de papel.
"Con el avance de las tecnologías las obras tuneras incrementan su alcance fuera de las fronteras provinciales para ser del acceso de todos", señaló la directora de ese sello.
De ese modo se pudieron presentar en la gran fiesta del libro cubano otras piezas como Conteo regresivo, antología poética de jóvenes autores tuneros; Los hemisferios contrarios, de Carlos Esquivel y Alexander Aguilar; Cuestión de origen, de Lester Fernández Ballester; Los hijos del insomnio, de Yeinier Aguilera, y Bergman, Buñuel, Magritte y otros chicos del montón, también de Carlos Esquivel Guerra.
Pronto Sanlope festejará 35 años de existencia y promoción de lo mejor de la literatura tunera, y los recibirá con una identidad visual renovada.
La meta no es otra que, en medio de las difíciles condiciones del país, sobreponerse y aumentar la producción editorial en todas las plataformas posibles.
"Todos los que hacemos libros en la actualidad somos un poco locos, pero es esa locura cuerda la que mueve a la gran familia tunera en función de los saberes compartidos", sentenció Espinosa Martínez.