Ávila: una editorial cubana desde provincia
16 marzo, 2025 por
Alden Herández Díaz
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Pudiera pensarse que los primeros 25 años de una editorial de provincia en Cuba son pocos, como un hecho aislado, tal vez hasta condenado a la intrascendencia que le marca un fatalismo geográfico, alejado de los grandes circuitos patrios del arte y la literatura. Sin embargo, nada más alejado de la verdad.
   Si fuéramos a cuantificar, Ediciones Ávila en este cuarto de siglo ha puesto bajo su sello editorial, o en importantes coediciones, más de 700 títulos. Su impacto real, sin embargo, trasciende lo numérico para adentrarse en el mundo de lo simbólico, como parte ya imprescindible del entramado cultural de un territorio.
   Qué mejor pretexto para debatir sobre la historia y los derroteros de este sello que el aniversario 25 de la creación del Sistema de Ediciones Territoriales, que festeja esta 33 edición de la Feria del Libro bajo la temática «Todo un país en libros».
   El mismo que reunió a un grupo de escritores en una mesa de opinión para debatir sobre el libro y la literatura avileña, entre los que estuvieron Yamila Ferrá, Félix Flores Varona, Leidy Vidal García, Carmen Hernández Peña, Eufemio Ramos, Aimé Pino González y Masiel Mateos.  
   De Ediciones Ávila, la destacada escritora Carmen Hernández Peña dijo que se trata de una editorial que no solo publica autores de la provincia sino de todo el país, con muchas propuestas de calidad que nada tienen que envidiar a otras con más historia.
   Los panelistas coincidieron en que la calidad del libro, del contenido y de la forma han cambiado para bien; porque en los primeros años solo se publicaba en blanco y negro, no solo por cuestiones económicas, sino también por decisiones burocráticas que coartaban la innovación en elementos como las portadas a colores. 


   Aunque al principio fue una maratón para publicar, en ocasiones sin tener en cuenta la calidad requerida por temas de territorialidad, la editorial local sí tiene el mérito de sacar a la luz títulos de gran valía y hasta entonces desconocidos, comentó Aimé Pino González, asesora literaria a la cual está dedicada el capítulo avileño de la feria del libro.
   Con la creación de la editorial, los escritores avileños no solo se dedicaron a escribir sino a tener en cuenta otros oficios asociados al volumen impreso como la edición, corrección, diseño y ser parte de consejos editoriales en los que también se preocupaban por la obra de los demás. Por tanto, se podría decir que fue además un espacio de superación profesional.
   «Esto se convirtió en una especie de revolución intelectual dentro de la provincia, que benefició mucho a la cultura del territorio», afirmó Pino González.
   Masiel Mateos remarcó en su intervención, que no puede haber distinciones entre promotores, libreros, editores, porque tras un libro que llega a las manos del lector hay una serie de personas humildes que lo hacen posible.
   Finaliza la Feria del Libro en Ciego de Ávila, pero el amor por la lectura no cesa en todo el año, tampoco los deseos de hacer de Ediciones Ávila una fuente promotora del conocimiento más bella, en contenido y forma, más prestigiosa, más cubana. El futuro es prometedor, pues al decir de uno de los panelistas: se ha sembrado muy buena semilla y esos frutos se recogerán.

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